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Benjamín, el joven condenado por el incendio de la estación Pedrero, rompe el silencio: “Me quitaron mi adolescencia”

El 21 de diciembre, Benjamín fue detenido por personal de la Policía de Investigaciones para dar efecto a su condena de dos años a régimen cerrado en el Servicio Nacional de Menores, y tres años a semicerrado. Fue liberado siete días después por decisión del tribunal, sustituyendo su condena solo a régimen semicerrado, es decir, podría dormir en un centro del Sename y ser parte de un programa de intervención. El joven tiene apenas 18 años, pero ya enfrentó dos juicios orales por este caso y  a los 16 estuvo un año en un centro de Sename. Allí sufrió vulneraciones que lo marcaron y nunca volvió a ser el mismo.  Horas después de su liberación, quiso contar su versión a La Otra diaria. Aquí habla de la persecución que ha sentido por parte de Fiscalía, de todo lo que ha perdido en el encierro y su lucha por volver a una vida normal, pese a un futuro que hasta hoy parece incierto.

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05/01/2022

Es la tarde del martes 28 de diciembre y Pilar Morales camina nerviosa entre la cocina y el living, mientras el humo y el olor a carbón de un asado invade su casa ubicada en la comuna de La Granja. Hace solo un par de horas, Benjamín (18) fue liberado del CIP CRC de Til Til de Sename luego de ser detenido el 21 de diciembre, para dar efecto al cumplimiento de su condena mixta de cinco años (dos años a régimen cerrado y tres años de régimen semicerrado), por el incendio de estación Pedrero ocurrido el 18 de octubre del 2019 en medio del llamado “estallido social”.

Pilar revuelve un plato de papas mayo y se da a una especie de confesión. Dice que la Navidad fue un día muy doloroso para ella. Mientras la mayoría de las familias chilenas pasaban juntos la noche buena, ella hizo un intento de celebración junto a su hija menor (9). Los regalos de Benjamín quedaron intactos bajo el árbol de pascua.

De pronto, el ruido metálico de la reja avisa que “el Benja” acaba de llegar y en el umbral de la puerta aparece el joven. Es alto, pero sus mejillas abultadas y rasgos infantiles revelan que sigue siendo un adolescente.

Pese a negarse a contar su testimonio a la prensa durante estos dos años -debido a la criminalización de la que siente fue víctima-, dice que hoy quiere entregar su versión, especialmente por su madre y abuelos.

-Soy inocente. No soy un delincuente-, dice Benjamín

Ahora es mayor de edad, pero pide que su apellido no sea mencionado en esta entrevista. No quiere ser reconocido como el “cabro que quemó el metro” y seguir involucrado en un proceso judicial.

Imagen: Benjamín junto a sus abuelos

Durante la mañana del 28 de diciembre se realizó en el 13 Juzgado de Garantía de Santiago la audiencia de cautela de garantías, con la participación del delegado del Sename, Luis Alvarez, quien expuso al tribunal “respecto de la situación del adolescente y la perspectiva de reintegración social, para efectos de debatir la sustitución de la sanción”, según se lee en el acta a la que este medio tuvo acceso exclusivo.

“El tribunal, atendido lo expuesto en la audiencia y lo establecido en el  artículo 53 (sustitución de la condena), acoge lo solicitado por el delegado del Sename en esta audiencia y ordena que el imputado deberá cumplir el saldo del régimen cerrado, que corresponde  a 355 días, en  régimen semi cerrado, debiendo elaborarse por el delegado del CMN Til Til un plan de intervención, para esta primera parte de cumplimiento de la sanción, ya que se trata de una sanción mixta”, explica la resolución de la magistrada Claudia Godoy.

Horas después de recuperar su libertad, Benjamín está sentado en una banca de concreto a metros de su hogar; observa el tránsito con mirada apacible. Está tranquilo.

-¿Te tomó por sorpresa tu liberación?

-No se me pasó por la mente, ni siquiera lo estaba esperando. Me tomó por sorpresa el resultado. Estoy muy feliz de estar en la calle, volver a estar con mi familia. Todo este proceso ha sido difícil, porque han sido dos años de pérdida. Tienes que velar por tu familia, que están solos en la calle, y uno adentro (Sename), no puede hacer nada.

-¿Cómo viviste primero la noticia de que volverías al Sename?

-Fue muy fome. Es una experiencia difícil. Nadie está preparado para ir preso. El que no sabe llegar sufre. La cárcel no es linda, no es un buen lugar para estar. El Sename para mí es cárcel, no en todas sus perspectivas, pero estás encerrado, te dejan ver a la familia dos veces a la semana. Para mí eso es una cárcel. Pero el Sename no es malo, si no en el contexto que lo ponen, porque igual hay profes que te cuidan, están atentos de ti, adentro como se dice tienes “mamita y papito”, que son los profes que te apoyan. Lo más difícil fue que te separen de tu familia. La familia es lo más importante.

Cuando se enteró de la orden de detención, dejó su hogar. Sin embargo, insiste en que el motivo fue porque no quería pasar Navidad y año nuevo en el Sename. “Después yo mismo me iba a ir a entregar”, dice.

Los días sin Benjamín

Pilar Morales recorre la habitación de su hijo y observa detenidamente el escritorio en donde aún reposan dos relojes, un auto de juguete y un montón de libros escolares sin leer. Entre lágrimas confiesa que el día que se llevaron a Benjamín dejó todo tal y como estaba. Durante esa semana miraba por la ventana hacia la calle donde él jugó por años con los amigos del barrio.

En estos últimos meses, vivió aterrada con la incertidumbre del día en que finalmente irían a buscarlo. Pensar en un nuevo arresto de Benjamín y que volviera al Sename era casi inconcebible. Ya había estado un año en el CIP CRC de San Joaquín por decisión del magistrado Eduardo Gallardo, del 13 Juzgado de Garantía de Santiago. El 12 de mayo el 7mo Tribunal Oral en Lo Penal de Santiago lo condenó, en un segundo juicio, a una pena mixta de cinco años, por el incendio de estación Pedrero ocurrido durante la noche del viernes 18 de octubre del 2019; luego de un “banderazo” de Colo Colo afuera de la estación, al que asistió junto a su tío, Daniel Morales (38), quien fue absuelto en ambos juicios.

Imagen: Pilar Morales

Imagen: Escritorio en la pieza de Benjamín

El adolescente siguió en libertad por un recurso de nulidad de sentencia presentado ante la Corte Suprema por su abogado Rodrigo Román, Sin embargo, el 21 de noviembre la Segunda Sala del máximo tribunal integrada por los ministros Haroldo Brito, Manuel Antonio Valderrama, Leopoldo Llanos, María Teresa Letelier y la abogada Pía Tavolarí, confirmó la condena y descartó infracción en la cadena de custodia de la prueba (vídeos de las cámaras de seguridad) analizada en el juicio.

Finalmente, el 30 de noviembre la magistrada Claudia Godoy, del 13° Juzgado de Garantía de Santiago, emitió una orden de detención en contra de Benjamín.

En ese momento Pilar le avisó lo que había pasado, el joven estaba trabajando con un tío en la construcción de una casa y desapareció. No quería volver a un centro cerrado de Sename.

-Esos días fueron muy dolorosos, ya que no sabía si se estaba llevando un pan a la boca, si estaba comiendo o no, si estaba sucio, pasan tantas cosas por la cabeza, y eso te mata-, recuerda Pilar.

A las ocho de la tarde del 21 de diciembre la llamaron por teléfono. Ella estaba trabajando en el persa Esperanza, en una feria navideña ubicada en la esquina de su casa, allí vendía zapatos de mujer y otros productos. Un policía le dijo que llamara a su hijo, quien estaba detenido en el cuartel Borgoño.

-Me dieron con él y el Benja me dice que estaba en Puente Alto caminando por la calle, después de haberse cortado el pelo, cuando sintió que un auto lo estaba siguiendo, lo detiene la PDI y él dice “Ya era”. Cuando llegué al cuartel, me hicieron pasar a verlo, estaba con chalitas y shorts. Me mira y me dice “Mamá ya lo asumí, voy a tener que pagar por algo que no hice-, recuerda.

El miércoles 22, Pilar llegó hasta el Centro de Justicia como a las diez de la mañana. Minutos después recibió el llamado de Paola Castillo, procuradora de la Defensoría Popular, quien le informó que el control de detención ya se había realizado y que a Benjamín se lo iban a llevar al CIP CRC de Til Til, un centro conocido por el asesinato de Daniel Ballesteros el año 2013, donde aún falta separación entre internos, existe consumo de drogas y peleas frecuentes entre jóvenes.

Pilar quiso llevarle unos sándwiches y desde Gendarmería se lo negaron.

-Me quedé todo el día en el Centro de Justicia, a cada camión que pasaba con detenidos le gritaba “¿El Benja va aquí?” y nunca tuve respuesta. A mi hijo lo trasladaron a las once de la noche. Estuvo todo ese día sin comer ni tomar agua. Él es un niño, un adolescente, no un delincuente-, dice Pilar.

El jueves 23 viajó hasta el CIP CRC de Til Til y llevó consigo gran parte de la ropa que Benjamín tenía en su pieza. Al ingresar a un pequeño gimnasio se miraron y se dieron un abrazo apretado. A pesar del rostro triste, el joven trató de mostrarse tranquilo ante su madre, mientras le suplicaba que en una próxima visita no trajera a su hermana de nueve años. El reencuentro duró dos horas.

Pilar tenía miedo, en el encierro anterior Benjamín sufrió muchas vulneraciones que afectaron su salud mental.

Según un documento del CIP CRC de San Joaquín, el 28 de julio del 2020 ocurrió una pelea entre internos de la casa número cuatro y cinco en el patio del centro -en la que no estuvo involucrado Benjamín-, y que terminó con un desorden entre los jóvenes internos. En medio de la batalla campal se lanzaron extintores- y tal como se ha denunciado en otros centros cerrados- se pidió el ingreso de Gendarmería para controlar la situación. Benjamín fue golpeado y tuvo que ser atendido de urgencia. Así lo devela una cautelar de garantía (específicamente el 30 de julio), que presentó su abogado donde relata que el adolescente fue brutalmente golpeado. Ante esto, el 13 Juzgado de Garantía de Santiago resolvió oficiar al centro por la denuncia.

Otro episodio sucedió el tres de agosto, cuando Benjamín -quien cumplió 17 años al interior del Sename- tuvo una fuerte discusión con sus compañeros de unidad, la que terminó en amenazas con “objetos cortopunzantes”. Debido a ese enfrentamiento fue enviado a una unidad de separación, en donde habría sufrido su primera crisis con ideación suicida.

Pese a su corta edad ya ha enfrentado dos juicios por el caso Pedrero, siendo absuelto en el primero (10 de noviembre del 2020), y condenado en el segundo por decisión de la jueza Bernardita González Figari.

Imagen: Benjamín en su niñez

“Me quitaron mi adolescencia”

En la segunda parte de la conversación, Benjamín está notoriamente más tranquilo. “Lo primero que hice al salir fue venir a jugar a la pelota. Anímicamente me siento bien, con muy buenas expectativas a futuro por haber salido. Solo pido y espero que no revoquen esta medida”, dice.

-Hablas de pérdida, ¿qué cosas has perdido en estos años?

-Me han quitado muchas cosas. Tuve que madurar, he tenido que aprender a entender cómo es la vida, cómo se viene la mano. He perdido varias cosas, mi adolescencia por ejemplo. Como niño me vulneraron varios derechos, el derecho a la libertad de expresión, me trataron como un delincuente (por manifestarme). No soy un delincuente.

-¿Qué pasó ese 18 de octubre en la estación Pedrero?

-Yo el 18 de octubre fui (a la estación) como un protestante más, fuimos a “dar cara” por todo lo que estaba pasando en el país. Nunca pensé que iba a pasar esto, nunca pensé que me iban a acusar de la quema del metro, y nunca fuimos nosotros. Nunca pensé que iba a estar preso por esto.

-¿Sientes que hay una persecución de la Fiscalía hacia ti?

-Sí, totalmente. No me han dejado tranquilo. No me dejaron vivir tranquilo mi niñez, ni mi adolescencia. Desde mis 16 años hasta los 18 que tengo ahora, no me han dejado tranquilo. Siguen dándole (Fiscalía), siguen estando ahí, y es fome porque no he podido vivir tranquilo, debo estar mirando para todos lados para ver si vienen, o me están siguiendo. No he podido ser un adolescente normal. Tenía planes de terminar mis estudios, estudié segundo y tercero medio, pero por la persecución no he podido estudiar tranquilo.

-¿Qué mensaje le enviarías a Fiscalía?

-Que estoy tranquilo, y que dejen de insistir con respecto a algo que no cometí. Lo del metro Pedrero fue un montaje. Soy inocente.

-¿Por qué dices que fue un montaje?

-Porque en el primer juicio yo salí absuelto, las pruebas no eran las mismas, las imágenes de las cámaras de seguridad estaban adulteradas. Y en el segundo juicio fui condenado, lo que para mí fue todo gracias al fiscal (Omar Mérida).

-¿Qué le dirías a las personas que pueden estar detrás de la quema del metro?

-Que se libraron, la supieron hacer. Al final nunca vamos a saber quiénes quemaron el metro realmente. A quienes lo quemaron, los perdonó, a pesar de estar pagando por algo que ellos hicieron. En mi corazón no hay rencor ni venganza.

-¿Cuáles son tus planes a futuro?

-Seguir con los mismos proyectos que tenía en mente. Seguir estudiando, sacar mi cartón. Quiero estudiar, arreglar mi casa, sacar la licencia para conducir. Hacer las cosas que un adolescente hace. Empezar de cero.

Dos días después de esta entrevista el fiscal del caso, Omar Mérida, presentó un recurso de apelación ante el 13 Juzgado de Garantía de Santiago por la resolución de sustituir la condena, solicitando que se cumpla la sanción de dos años de régimen cerrado.

El 31 de diciembre dicho recurso fue declarado admisible, lo que pone en riesgo la libertad de Benjamín. De ser aceptada la solicitud, el adolescente podría volver a un centro del Sename.

Imagen de portada: Por Gabriela Cruz
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Escrito por

Periodista de la Universidad Alberto Hurtado especializada en temas de Derechos Humanos.

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