LaOtradiaria
Estas Leyendo:

El transporte público como espacio de violencia de género

El transporte público como espacio de violencia de género

En Chile las mujeres representamos la mitad de la población que utiliza los medios de transporte público, sin embargo, al igual que en otros espacios que frecuentamos, no estamos seguras ni cómodas. Según la encuesta OCAC de 2021 un 93,8% de la mujeres ha sufrido acoso sexual en el transporte público y privado, entendiendo por ello, tocaciones, palabras obcenas, insinuaciones de calibre sexual y amenazas con fines sexuales. Una actividad que es parte imprescindible en la rutina de muchas niñas, adolescentes y mujeres adultas se fue convirtiendo en una experiencia de violencia.

El tema no es nuevo, pero es un tipo de agresión que estaba muy normalizado. Muchas de nosotras hemos oído a mujeres mayores decir que, desde muy pequeñas, debían defenderse de los agresores con los que tuvieran a mano: un alfiler, la cartera o sus mochilas. Lamentablemente es algo que ya hemos interiorizado tanto en nosotras que actuamos a la defensiva, incluso sin pensarlo, cada vez que ocupamos estos espacios. Estamos en alerta permanente. En varias oportunidades he decidido no usar los asientos vacíos simplemente para no bajar la guardia, para inhabilitar cualquier opción de dormirme y quedar aún más expuesta dentro de la micro o el metro. Una vez más el miedo es la batería que me mantiene funcionando. Una vez más ponen y ponemos el foco en nosotras y muy poco se dice que las agresiones sexuales son un delito.

Esperar en los paraderos para tomar una micro, al igual que le sucede a muchas mujeres, nunca ha sido un panorama que me agrade. La gente pasa rauda en noches oscuras alumbrada apenas de escasa luz. Se perciben las sombras y parece que estamos a la deriva de los autos que pasan a un metro de distancia. Puedo evitar esa eterna espera donde me siento tan desprotegida si decido usar el metro, pero esta opción tampoco soluciona el problema. Diría que, aunque no siento la exposición de los paraderos, un trayecto en metro implica otros riesgos, sin hablar del infierno de la hora punta que nos expone a más agresiones.

Andar en metro no implica solo estar en un vagón de tren lleno de personas. Quienes hayan subido o bajado por las escaleras saben lo incómodo que es recibir las miradas morbosas de quienes incluso se detienen a buscar una ubicación que garantice mejor vista. Según la encuesta OCAC, el 95,2 % de las mujeres encuestadas señala que ha sentido acosada con miradas. Como si no bastara con las escaleras y el andén, muchas veces debemos compartir largos trayectos con los acosadores. Una vez que subes al vagón quedas encerrada. No hay opción de salir corriendo si lo necesitas, es más, muchas veces no hay opción de moverse un par de centímetros para alejarse sin pasar a llevar a alguien.

Ese sentir lo comparten otras mujeres, muy poco se piensa en nosotras a la hora de hacer y pensar una ciudad más segura para impedir que seamos acosadas desde la época escolar.

A veces me pregunto si podría creerles a los agresores, cuando una vez soprendidos, justifican que su actuar fue mera coincidencia y que los roces en el cuerpo, el pasar casi pegados a nosotras, fue por la falta de espacio. Estoy segura que levantar una falda y agarrar piernas, vulvas y glúteos requiere una conducta bastante deliberada. También así ocurre el acto de “afirmarse” de cinturas y bustos. De la encuesta mencionada al comienzo, el 96,5% la cantidad de mujeres, afirma que se han apoyado sobre su cuerpo con intenciones sexuales.

Nos criaron con la idea de evitar incomodar al resto, reduciendo siempre nuestro espacio de movilidad, así que muchas veces aceptamos y callamos los acosos y tocaciones en metros, micros y buses regionales. Claramente no estamos preparadas para vivir episodios de violencia porque ninguna debiese vivirlos. Suena increíble que en la actualidad, al igual que nuestras abuelas, sigamos sintiendo miedo. Por cada noticia que he leído sobre este tema encuentro comentarios que buscan desacreditar lo que vivimos o empresas de transporte (como buses) que no se responsabilizan de nuestra seguridad en sus espacios. Justo debajo de una noticia sobre denuncias de acoso en el metro leo comentarios insinuando que son falsas, que son innecesarias y, otros tantos, dan a entender que el abuso es una especie de premio al físico de una persona, lo que me parece indignante y aterrador al mismo tiempo. Se ve lejana la idea de comprender el problema que vivimos a diario y ,aún más, que quieran realmente hacer algo al respecto. Se han cuestionado y ridiculizado en bastantes ocasiones la implementación de propuestas con enfoque de género como, por ejemplo, vagones o buses exclusivos para mujeres o campañas de información sobre acoso en transporte público.

Una de las principales razones por las que no denunciamos es el desconocimiento sobre cómo hacerlo o si se hará algo con esas denuncias o si seguirán abultando las carpetas de las fiscalías de casos donde “no se persevera”. Les conviene que no estemos informadas, pero cada vez se les hará más difícil.  Le tienen miedo a que las mujeres tengamos más voz, respaldemos nuestras vivencias entre nosotras y actuemos como un megáfono de las vivencias de otras mujeres.

Hace un par de semanas, desde el Ministerio de la Mujer y la Equidad de Género(MinmujeryEG), junto a representantes de la región Metropolitana y del metro, dieron a conocer el primer plan que consta en educar a la ciudadanía sobre la problemática de acoso y abuso sexual que nos afecta. Por otro lado, también se volvió a plantear la idea de vagones exclusivos para mujeres.Esperemos que todas estas medidas logren ser efectivas y se sostengan durante el tiempo y que los hombres entiendan, que este tipos de situaciones, son un delito. “Llámame cuando llegues”, “avísame cuando estés arriba de la micro”, “escríbeme cuando llegues al paradero”, “a penas tomes el metro me dices”, seguirán siendo nuestras armas de sororidad, mientras no nos ofrezcan soluciones concretas.

Comparte esta publicación
Escrito por

Estudiante y activista feminista

Deja un comentario

Ingrese sus palabras clave de búsqueda y presione Enter.