El viernes 17 de junio del 2016 se perdió el rastro de Nicole Saavedra en un paradero de buses en la calle Gabriela Mistral de Quillota. Luego de siete días y una búsqueda incesante por parte la familia, su cuerpo fue encontrado en Los Aromos en Limache a una hora de donde se le había visto por última vez. Tenía las manos amarradas, golpes traumáticos en el cráneo. También tenía erosiones en el rostro que, según el relato del Comisario Orlando Calderón, de la Brigada de Homicidios de Valparaíso, no descartaban la participación de terceros. En ese entonces, la familia de Nicole alertó que estaban seguros de que se trataba de un crimen de lesbo odio. En conjunto con amigas activistas del movimiento “Justicia por Nicole” comenzaron acciones como la marcha de más de un centenar de personas en las calles de Quillota exigiendo justicia. En medio del caso ocurrieron situaciones indignantes: Se cambió tres veces de fiscal por ejemplo.
¿Imaginan el dolor de sus familiares?
María Bahamondes, prima de Nicole, junto a la Red Chilena en Contra de la Violencia Hacia las Mujeres, viajó desde El Melón y se tuvo que encadenar afuera de la Fiscalía Nacional para pedir que se acelerara un proceso que parecía detenido. En esa oportunidad el Fiscal Nacional Jorge Abbott se disculpó públicamente admitiendo que ignoraba que el asesinato de Nicole se tratara de un crimen de género y se comprometió en ayudar a la familia, algo que nunca sucedió.
Tras cuatro años de inoperancia y sin un sospechoso, la familia junto a otras activistas se decidieron por una acción drástica y se tomaron la misma fiscalía que las había ignorado por tanto tiempo. Solo buscaban ser escuchadas por el fiscal de Quillota y en vez de eso, fueron reprimidas violentamente por Fuerzas Especiales de Carabineros. Allí las esposaron y detuvieron, los carabineros arrojaron sillas y armaron la escena que necesitaban para justificar su abuso y violencia policial.
Desde ese día comenzó la criminalización de la lucha de la familia de Nicole, mientras su asesino lesbicida aún gozaba de la impunidad. Todos los recursos y energía que usó la fiscalía para criminalizar a la prima de Nicole, y las cuatro activistas lesbofeministas y feministas que la acompañaron, lo pudieron haber invertido para dar con el paradero del asesino.
Estos días tras llegar a un acuerdo y el sobreseimiento de María Bahamondes y las mujeres que la acompañaron, tiene el descaro de incumplir con dicho acuerdo. Karen Vergara, activista del movimiento “Justicia por Nicole”, y una de las feministas sobreseídas por la toma de la fiscalía de Quillota, dice que el acuerdo reparatorio fue pintar un mural en memoria de Nicole en el frontis de la fiscalía de Quillota. Así estaría siempre presente en la memoria, algo que también le recordaría a esa institución que fue gracias a su inoperancia que Nicole estaba muerta. No se puede olvidar tampoco, que cinco meses después del asesinato de Nicole, Víctor Pulgar secuestró y agredió sexualmente a una adolescente.
Hoy la fiscalía se desdijo de lo acordado, dado que algunos trabajadores no estarían de acuerdo con que se pinte el frontis del lugar, se ofreció una pared que no está a la vista.
Desde el movimiento “Justicia por Nicole”, hemos estado planificando y preparando el trabajo por un mes entero, además de haber pedido los permisos para quienes iban a estar presentes en el acto de presentación del mural.
Hoy surge algunas dudas: ¿Estaremos frente a una fiscalía lesbo odiante? ¿O no quieren ser recordados de su negligencia en el caso de Nicole? Tras todo el abuso de poder de la fiscalía, su indolencia y represión, me atrevo decir que es debido al lesbo odio. De otra manera no se entiende tanta invisibilización en el caso de Nicole Saavedra Bahamondes. Sí, no dejemos de nombrarla.