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El buen mentiroso

El buen mentiroso

Con frecuencia, al finalizar las películas de la factoría de Hollywood o de otros países que utilizan el inglés como idioma para la promoción del rodaje, al leer los créditos nos encontramos con la palabra “casting” para referirse al “reparto” que ha formado parte de ella, o sea, a las diferentes actrices y actores que intervienen y su vínculo con el personaje que representan.

Aquello  conlleva un proceso de selección de personas para desarrollar un determinado papel o trabajo de producción, una tarea esencial para alcanzar los objetivos del proyecto. Aunque el guion sea el mismo y los escenarios similares, gran parte del éxito se debe a las personas que actúan en él cumpliendo las tareas planificadas. Y unas realizan papeles principales a la vista de todo el mundo, mientras que otras desempeñan papeles secundarios, menos visibles, pero igualmente esenciales para el desarrollo de la trama.

El episodio conocido en el reportaje de “A fondo” en Chilevisión, ha puesto de manifiesto una preocupante forma de actuar del entorno del candidato José Antonio Kast, al intentar manipular a la sociedad chilena mediante el recurso a la desinformación estratégica con el objeto de presentar una mentira por verdad, y de ese modo obtener beneficios políticos.

Todo forma parte del guion de su proyecto, pero para materializarlo necesita personajes que lo desarrollen, y las personas para realizar los papeles encomendados, unas en primera línea como actores o actrices principales, otras en papeles secundarios, han sido elegidas en lo que podríamos denominar un “Kasting”, es decir, en el “casting de Kast”.

Recordemos que lo que se está desarrollando en estos momentos en Chile no es una película, sino un episodio esencial de la democracia como son unas elecciones generales. Y José Antonio Kast, como director de su proyecto, es responsable de la estrategia seguida para alcanzar el objetivo de vencer en ellas y presidir el país los próximos cuatro años.

En primer lugar, lo que queda en evidencia es que su proyecto necesita de actores secundarios ocultos para realizar las tareas oscuras que buscan engañar a la sociedad y  para lograrlo no dudan en recurrir a bots, es decir, a programas que sustituyen a hombres y mujeres, para difundir mensajes como si esa respuesta fuera reflejo de la expresión de la sociedad de Chile, lo cual es una desconsideración directa a la verdadera opinión de los chilenos y chilenas.  Utiliza la mentira para hacerla pasar como verdad. No se trata de una simple afirmación sin sustento real, sino que debe presentarse como algo compartido por una parte importante de la sociedad.

Es la misma línea que definió Joseph Goebbels, responsable de propaganda del partido Nazi y del Tercer Reich, cuando dijo: “una mentira repetida 1000 veces se convierte en una verdad”. Pero hoy no basta la repetición vertical desde determinadas posiciones, hoy para convertir una mentira en verdad hace falta que “mil personas la repitan al menos una vez”, por eso han recurrido a bots para sustituir la opinión de la sociedad chilena con una mentira interesada.

En todo ese proceso  no solo hay una selección de hombres y mentiras, sino que también existe una exclusión de las mujeres. Esta exclusión se manifiesta en los ataques a la candidata Jeannette Jara, así como en el resto de políticas y propuestas que dejan al margen los problemas de las mujeres y el necesario avance en el reconocimiento de sus derechos. Y esa misoginia se convierte en ataque directo cuando se refiere al feminismo y a las organizaciones de mujeres.  Un candidato que elige personas para ocultar estrategias con el objeto de hacer pasar la mentira como verdad, y de ese modo ganar unas elecciones, lo que demuestra es un gran desprecio por la sociedad chilena que ha de gobernar, y la ausencia de un proyecto que pueda ser presentado directamente para que las chilenas y los chilenos decidan sobre él. Y eso es muy preocupante, porque quien recurre a la mentira no lo hace para proteger una verdad, sino para esconder una mentira mayor.

Lo ocurrido es mucho más grave de lo que parece por todo el significado que hay detrás de los hechos. En unas elecciones democráticas siempre gana el pueblo sea cual sea su decisión, pero esa decisión tiene que ser libre y basada en una información veraz sobre la realidad, si es sobre la mentira y la manipulación el pueblo perderá.

Y quien elige el futuro de Chile es el pueblo, todos los chilenos y chilenas, y no debe dejarse engañar.

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Escrito por

Carla Rojas, psicóloga experta en violencia de Género/Magíster en Dirección de Personas, y Miguel Llorente, Profesor de Medicina Legal y Forense/ Especialista en género.

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