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Aborto libre y gratuito, una lucha que nos compete a todas y todos

Aborto libre y gratuito, una lucha que nos compete a todas y todos

Los avances en materia legislativa y prácticas estatales siguen localizando las violencias de género como un problema personal,  eximiendo la estructura socio económica que las produce.  Ligada con el modelo patriarcal – neoliberal que vivimos y que continúa persistiendo en nuestra sociedad, el que sigue perpetuando una vida precaria, discriminatoria y violenta contra niñas y mujeres.

En este sentido, el neoliberalismo siempre ha sido una amenaza para la vida de las mujeres. Nosotras las feministas desde nuestros distintos escenarios hemos luchado por la transformación de este sistema cultural, político y también el sistema económico llamando a revaluar la democratización del Estado y el poder económico.

El movimiento ha sido trasversal en sus demandas, haciéndose cargo de importantes omisiones de parte del sistema económico, como ha sido el soporte del trabajo doméstico y los cuidados que las mujeres hacen sin ningún tipo de remuneración, sosteniendo un sistema inhumano y cruel. Por esto, llevamos años tratando de trasformar esta realidad y hoy tenemos la convicción que ha llegado la hora de avanzar, sin miedo para alcanzar una sociedad más justa e igualitaria.

Estamos, ad portas del inicio de un nuevo debate a nivel legislativo con la redacción de la nueva constitución, que garantice el derecho, a la salud sexual y reproductiva. Una transformación profunda, con medidas para atender el respeto integro por los derechos humanos de las mujeres. Para una vida libre de todas formas de violencia.

Simone de Beauvoir, escribió hace más de 45 años en el conocido “Manifiesto de las 343”– el aborto libre y gratuito “no es nuestra única plataforma de lucha. Esta demanda es simplemente una exigencia elemental. Si no se la toma en cuenta, el combate político no puede ni siquiera comenzar”.

Es así, que nuestros cuerpos han sido históricamente oprimidos, teniendo su origen en una cultura de dominación de hombres que han creado y perpetuado sociedades en la que las mujeres deben someterse a voluntades ajenas. Una manera de controlar su libertad y sexualidad. Es en el embarazo cuando nuestro cuerpo nos pertenece menos que nunca.

En suma, llegar hasta aquí costó mucho. Pero lo hicimos y el movimiento feminista de este país fue el protagonista de este despertar. Despertamos por la violencia que se  ha normalizado sobre nuestros cuerpos. Levantamos las pancartas desafiando al poder político patriarcal que se ha beneficiado de nuestra subordinación y porque no decirlo de nuestras luchas.

Es relevante entender la fuerza política que tiene el feminismo, que como resultado entregó mucha representatividad política a mujeres a lo largo del país en las últimas elecciones. Y hoy es el momento de que todas las constituyentes electas que levantaron la bandera del feminismo sean claras de lo que no están dispuestas a negociar, como por ejemplo, nuestros derechos sexuales y reproductivos y principalmente el derecho al aborto libre y gratuito.

Lo que se debe discutir es cómo hoy las mujeres chilenas  que tienen menor acceso económico, eso sin mencionar, la precarización que quedará tras la pandemia.  Dada la ilegalidad del aborto (fuera de las tres causales), las mujeres arriesgan su integridad física y también salud mental. Ya hemos dicho que solo una mujer sabe el sentimiento de angustia y la soledad frente a un embarazo no deseado. La discusión del proyecto podrá ser difícil frente las  a posiciones confrontadas, pero creo que el camino es que  aprobarse, como lo han dicho otras mujeres, es que debería ser una prestación completamente gratuita, para que nunca más ninguna mujer se vea discriminada.

El Estado chileno adquirió un acuerdo con la Convención sobre la eliminación de todas las formas de discriminación contra la mujer (Cedaw), sobre garantizar el derecho de la mujer al acceso de servicios de salud pública en condiciones de igualdad, circunscribiendo aquellos que se refieren a la planificación familiar. Preocupa particularmente los periodos de cuarentena donde muchas mujeres están encerradas con sus agresores, cuando una de las formas de violencia es la sexual, más aún cuando el año pasado hubo problemas por la  falta de stock de anticonceptivos. Eso sin mencionar la falta de acceso para mujeres en territorios aislados. No se debe permitir este abandono, tanta invisibilización. El cambio debe ser profundo. No es un asunto que compete solo a las mujeres tal como también lo dijo Simone de Beauvoir.

“Al parecer este asunto sería una cosa de mujeres. Al igual que la cocina y los paňales, es decir algo sucio por definición. Luchar por el aborto libre y gratuito pareciera ser, además, una cosa tan irrisoria y mezquina…Porque siempre debe haber un olor a hospital, a cocina, o a caca detrás de las mujeres”

El aborto es un tema de todas y todos. Y es ahora o nunca.

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Escrito por

Activista feminista, escritora y autora del libro "Mi testimonio, Aborto, Estado e Hipocresía en Chile"

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